Cuando una empresa necesita adquirir un bien, como un vehículo, una maquinaria o un local, tiene varias opciones de financiación. Una de ellas es la compra, que implica un desembolso inicial importante y la asunción de todos los costes y riesgos asociados al bien. Otra opción es el alquiler a largo plazo, que puede ser de dos tipos: leasing o renting. Ambas fórmulas tienen ventajas e inconvenientes, y conviene conocerlas bien para elegir la que mejor se adapte a las necesidades y al presupuesto de cada empresa.
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¿Qué es el leasing y qué ventajas tiene?
El leasing es un contrato de arrendamiento financiero, en el que una entidad financiera cede el uso y disfrute de un bien, ya sea mueble o inmueble, a una empresa, a cambio de unas cuotas periódicas que incluyen el coste de la cesión, los intereses y los gastos de financiación. El contrato suele tener una duración igual o inferior a la vida útil del bien, y al finalizar, la empresa tiene la opción de comprar el bien por el valor residual que quede, devolverlo o renovar el contrato.
El leasing tiene las siguientes ventajas para la empresa:
- Acceso a la propiedad: El leasing permite acceder a la propiedad del bien al final del contrato, pagando el valor residual que se haya pactado. Esto puede ser interesante si el bien tiene un valor elevado o si se quiere amortizar la inversión realizada.
- Ahorro fiscal: El leasing tiene beneficios fiscales para la empresa, ya que las cuotas son deducibles en el impuesto de sociedades, tanto la parte correspondiente al coste de la cesión como la de los intereses. Además, el IVA soportado también se puede deducir. Por otro lado, la compra del bien al final del contrato puede generar una plusvalía o una minusvalía contable, que se debe declarar en el impuesto de sociedades.
- Financiación: El leasing facilita la financiación de la adquisición del bien, ya que no requiere un desembolso inicial elevado, sino que se paga en cuotas mensuales. Además, el leasing suele tener unas condiciones más favorables que otras formas de financiación, como el préstamo o el crédito.
¿Qué es el renting y qué ventajas tiene?
El renting es un contrato de alquiler de bienes muebles, como vehículos, maquinaria o equipos informáticos, en el que una entidad financiera o una empresa especializada cede el uso y disfrute del bien a una empresa, a cambio de unas cuotas periódicas que incluyen todos los servicios y costes relacionados con el uso y el mantenimiento del bien. El contrato suele tener una duración de entre 12 y 60 meses, y al finalizar, la empresa puede devolver el bien, renovar el contrato o cambiar de modelo.
El renting tiene las siguientes ventajas para la empresa:
- Comodidad: El renting aporta una gran comodidad a la empresa, que no tiene que preocuparse por nada más que por el uso del bien. El proveedor de renting se encarga de todos los trámites y gestiones relacionados con el bien, como la matriculación, el seguro, el mantenimiento, las reparaciones, el impuesto de circulación, la ITV, el cambio de neumáticos, el combustible, la asistencia en carretera, etc. Además, la empresa dispone de un servicio de atención al cliente y de una red de talleres colaboradores para resolver cualquier incidencia.
- Ahorro: El renting permite ahorrar en costes fijos y variables, ya que la cuota mensual incluye todos los servicios y costes asociados al bien. Además, al tratarse de un gasto deducible, el renting reduce la base imponible del impuesto de sociedades y el IVA soportado.
- Flexibilidad: El renting ofrece una gran flexibilidad para adaptarse a las necesidades de cada empresa. La empresa puede elegir el tipo, la marca, el modelo, el equipamiento, el color y la personalización del bien, así como el plazo, el kilometraje y los servicios incluidos en el contrato. También puede modificar estas condiciones durante la vigencia del contrato, o cancelarlo anticipadamente si lo desea.
- Innovación: El renting permite acceder a los últimos modelos y tecnologías del mercado, con las mejores prestaciones, el menor consumo y la menor emisión de gases contaminantes. Esto mejora la imagen de la empresa, su competitividad y su responsabilidad social corporativa. Además, la empresa puede renovar el bien cada cierto tiempo, y disfrutar siempre de un bien nuevo y actualizado.
¿Qué es más adecuado para mi empresa, leasing o renting?
No hay una respuesta única a esta pregunta, ya que dependerá de las características y las preferencias de cada empresa. Sin embargo, se pueden establecer algunos criterios generales para orientar la decisión:
- Si la empresa quiere acceder a la propiedad del bien al final del contrato, y le interesa amortizar la inversión realizada, el leasing puede ser más adecuado.
- Si la empresa no quiere asumir el riesgo de la depreciación del bien, y prefiere cambiarlo cada cierto tiempo, el renting puede ser más adecuado.
- Si la empresa quiere tener una mayor flexibilidad y comodidad en el uso y el mantenimiento del bien, y ahorrar en costes fijos y variables, el renting puede ser más adecuado.
- Si la empresa quiere tener una mayor capacidad de financiación y de deducción fiscal, y aprovechar la plusvalía o la minusvalía contable, el leasing puede ser más adecuado.
Para elegir la opción más adecuada, la empresa debe analizar sus necesidades y su presupuesto, y comparar las condiciones y los servicios que ofrece cada proveedor.